11:30 pm
"El que se moja pierde", y salí corriendo. Siendo por supuesto yo la única en entender el juego. Esta lloviendo ¿entiendes? Debemos correr al carro, entrar rápido. Si te mojas, pierdes. Y si yo lo hago, pues entonces pierdo yo. No me veas con esa cara. No se qué perderíamos, piensa en una penitencia. ¿Nunca has jugado esto? Él se ríe. -Eres boba. Dice.
Y entramos al auto.
No entendí mucho esa película. Digo solitariamente. ¿Qué parte? Contesta. No sé, esos saltos en el tiempo me volvieron loca. Sólo me gustó lo de la patineta, y bueno el soundtrack. ¿Te pareció buen guión? Yo esperaba más. Además que este hombre, el protagonista, está como viejo para el papel ¿no? Y la jevita me pareció súper chimbo que volviera con el ex. No se, a mi me gustan los finales felices. Concluyo.
Yo los vi felices al final, me contesta. No tienen que estar juntos, cada quién por su lado estaba vacilando. ¿No te parece? Agrega.
No estoy segura, le digo. Esperé mucho más. Y me quedo callada. Deja la tontería, siempre esperas más, imagina que ellos ahora, tienen más. Me dice, en tono reconfortante.
Eres bobo. Le dije. ¿Comemos o ya me llevas a casa? Después de un bostezo, me mira y me dice "estoy cansado". Y con cara de "no me pasa nada", pero queriendo estar más tiempo haciendo nada, miro hacia mi derecha y me quedo concentrada en el paisaje. Las mujeres siempre encontramos la respuesta a nuestra impotencia, producto de conversaciones en automóviles, cuando volteamos hacia la ventana y no decimos una sola palabra. A veces no hay respuestas mentales pero siento que eso los desespera. Es como compartir el mal rato. En este caso, el mal rato porque se esta acabando el bueno.
Llegamos. Dice. Ya se, contesto. Escucha esto, me dice, buscando algo en su reproductor.
Paréntesis: los momentos post-salida-aún no quiero que te bajes- olvídalo, no voy a besarte- aún no quiero que te vayas, son la guinda del helado.
Continuará ...
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