Tengo un trastorno de sueño, muy fuerte.
No me gusta justificarme. Pasa que muchas veces decimos: tengo insomnio, y, olvidamos contar la parte de la historia donde tenemos días acostándonos a las 6 am, por andar parrandeando, o sencillamente en brazos de alguien, fisica o mentalmente, divagando por las horas de la madrugada.
Mi trastorno es real. Yo no puedo dormir. Y mi "insomnio", tiene nombre y apellido. Como todos los insomnios del mundo.
Me despierto viendo programas de cocina. Me acuesto leyendo las historias de mis libros, que nunca me abandonan. Paso el día encontrándome en la música. Invierto en conversaciones que me despejan, inspiran, y regresan a la realidad en poco tiempo.
Mis días son normales. Me aburren con facilidad porque mis sueños también tienen nombre y apellido. Como todos los sueños del mundo.
A veces uno ya no puede querer más. Y el cuerpo comienza a somatizar.
Y a recordar:
Ella: - ¿Sabes? Cuando estoy con alguien, estoy. Y yo estoy contigo.
Él: - Y por ahí no van mis dudas, no seas dramática.
Ella: - Siento que a veces me conoces poco.
Él: - Es que a esta chica que leo, no es la que yo conozco.
Ella: - Es la misma.
Él: - Hay que ser bueno, y además aparentarlo.
Ella: - Lo dices como si yo no aparentara a diario lo que soy, mucho menos contigo.
Él: - No se, yo quiero dormir. Hacer mis cosas, y luego dormir.
Hace unas horas leí "muchas veces el escape es sencillamente dormir", y yo no quiero escaparme de tí.
Tengo razones para no dormir porque paso el día soñando, contigo y conmigo.
Hace unos meses leí una frase, escuché algo en una canción, o capaz me la inventé una noche que no podía dormir. Era algo como esto:
"el amor siempre empieza soñando y termina en insomnio".
No se entonces, si termino, empiezo, termino, empiezo, empiezo de nuevo, termino, empiezo, vuelvo a terminar, y corro rápido a volver a comenzar.
3:30 am. Sigo sin dormir.
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