Menú, con acento en la ú


Amo el ruido del silencio cuando estoy contigo… que agudiza mis sentidos, me vuelve completamente loca, y me hace pensar que tu también estás ahí… callado, pensativo, intuitivo, conmigo.

La vida es un menú. Un libreto que nos dan en blanco… sitio clave donde a diario probamos, haciendo ensayo y error, o simplemente tanteo, usando la física cuántica, o los besos en todos sus sentidos y aromas, para ver que le vamos incluyendo, de modo que en algún momento al mostrárselo a alguien más… en una especie de “compartir” queden allí todos esos platos que se nota que sabes/aprendiste/tePropusiste hacer… y tripeas haciéndolos. Llamando así, de esa forma tan literal y dibujada, todos esos modos de vida que apropiamos y hacemos nuestros a medida que vivimos…

Tengo un gran menú, que incluye formas de pensar, de ver la vida, de asumir lo cotidiano, de reir, de callar, de besar, de tocar, de bailar, de dormir, de acudir, de hacer sentir. Tengo un menú que me funciona, me gusta, y que a diario acepta nuevas entradas…

Entre ellas, esta forma sincera/ridícula/especial/increíble de quererte conmigo. De mentira o verdad, pero en mi vida.

P.D: En una nota que un chico le mandó a una chica, muy linda, amiga mía… decía algo sublime y mágico, que capturó mi mente y la mantiene atontada… pensando en cómo volverlo parte de mi filosofía, y decía así:

“no me quiero meter en tu vida, me gustaría poder agregarle cosas, las que vos le pones a la mía”
Sabio.

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