Hace dos meses que vivo una historia complicada. Quizá se trate de actores complicados, o tal vez es una circunstancia complicada. Si la vida se cuenta con recuerdos, y se basa en la memoria, pues la mitad de esta historia está o estará muerta porque memoria es lo que menos tiene.
Por un lado, todo es sencillo, y acaba de empezar. Por el otro, este es el momento en que por fin, el tiempo quiso unirlos al final.
En esta historia lo común no existe. Los mensajes son escasos, las llamadas no tanto pero están en el mismo intervalo. Las salidas, son fortuitas. Los besos protagonistas. Las ganas, mayoristas. Y el sentimiento… dura lo que dura una sola pelota en las manos de un malabarista.
No la paso mal, no te creas. Me río mucho. Me gusta entender por qué me pasa todo esto ahorita. Pero todo se transforma en utopía, cuando después de lo que yo llamo un final del día perfecto, el se desaparece con todo, y el cuento.
Posiblemente si me quiera. Probablemente sólo sea una historia pasajera.
Resumo todo lo que últimamente siento en una sola frase, que no entiendo cuándo fue que se mudó de mi cabeza, que siempre está llena de buenas ideas: para él, sigo siendo invisible.
Sofi! No podría estar más identificada con esto: "Las salidas, son fortuitas. Los besos protagonistas. Las ganas, mayoristas. Y el sentimiento… dura lo que dura una sola pelota en las manos de un malabarista".
ResponderBorrara veces pasa...
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