Hoy estuve analizando en mi camino de vuelta a casa, que la vida se trata de eventos placenteros, o definitivamente desdichados, y cuando me detengo a definir la desdicha, confieso que, es ella la que, me hace vivir mas intensamente.
Dia a dia transformamos paradigmas que están en nuestra cabeza, para moldearlos de manera que todo nos agrade, pero… y que pasa cuando algo no nos agrada? Cuando nos deprime? Que pasa cuando nos rompen en el corazón? Pareciera que se nos quedara tatuado en la epidermis cualquier manifestación de “problema” en este delicado camino de búsquedas, en el que nos empeñamos en besar y ser besados.
Yo soy de las que prefiere quedarse callada antes que decir algo fuera de lugar. Llorar en mi almohada, gritar en mi carro con la puerta cerrada, decirte de forma sutil cuando algo de verdad me dio en el alma. Pero admito que me gusta delirantemente que este placer que me das, se acompañe de la desdicha improvisada o calculada, que me mantiene pensando a cada segundo si serás o no el indicado.
Dudo mucho que las mujeres se conformen con poco. Dudo que los hombres lo hagan también.
Si te invita a cenar, y luego te propone algo mas, disfruta que lo bofetees con un no, y lo acompañes de un beso mojado.
Si lo buscas sin cesar, si lo invitas a pasar, y el hace todas las tareas sin llegar al final, tu tranquila no te vas a dormir jamás.
El placer, y la desdicha son aliados. No sé por qué nos empeñamos en separarlos. Y concluyo: me gustas… complicado!
Brillante, niña. A mi también me gustan complicados.
ResponderBorrarY eso de "gritar en mi carro con la puerta cerrada" también la aplico yo.
"Me gustas complicado" me dio en la madre.
ResponderBorrarsiempre como que no vamos al amor que lleva sufrimiento, es como una droga!