Cartomante



Así le llamaban a aquel hombre que estaba en la salida del metro de piazza di spagna. Cabello largo, dientes amarillentos, y un acento que me hizo devolverme para conocerle desde más cerca. Si, era argentino.
Fue breve, tomá dos cartas, dijo. De salamera, porque no hay un término mas ajustable, tomé las dos, de cada extremo, parpadee, y le dije: ¿Qué me ves?
Sos linda, y se rió. Tomáte las cosas con calma, haceme una pregunta.
¿Me voy a enamorar? (tuki!!, de una)
De eso estoy seguro. Pero este año solo vas a conocer 2 lecciones. Y nada más que eso.
(que tipo tan ladrón, 3 euros por esto) ¿Cómo te llamas? Pregunté.
Antonio, Antonio Alfano.
Antonio, se un poco mas específico, ¿si podrás?
Acordate de esto, “Yo soy, yo quiero, yo puedo”, si vos sabés quien sos, es mas fácil saber que querés, y en ese mismo modo, lo conseguís.
(Ok, creo que decirle que fuera específico no fue lo suficientemente específico) Bueno, muchas gracias Antonio!
Pará, tomá mi tarjeta, llamame cuando quieras, tengo clientes en todo el mundo, va, si quieres.
Dame tu tarjeta pues…
Acordáte, “Yo soy, yo quiero, yo puedo”.
Si, si. Yo soy…


P.D: Antonio, de verdad no sé que me quisiste decir, pero no me puedo sacar de la cabeza esa estúpida ecuación, que sencillamente no me está funcionando.
P.D2: (327.836.86.07) Mañana te llamo Antonio...! Y te voy a volver a hacer la misma pregunta… una, y otra, y otra, y otra, y otra vez... Hasta que al menos tú, me puedas responder...

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