Hace como dos años, casi tres (y lo digo muy contenta), hice un curso de locución, no para que me dieran certificado, sino mas bien para tener práctica en el ejercicio de la radio.
OK, fue MUY ‘cool’, aunque una de las promesas era que todos los micros, estarían en mi correo luego, y ni uno sólo jamás llegó, me gusto muchísimo la experiencia… y mi práctica final.
Comencé aquella vez diciendo que todo daba inicio en las puntas de mis pies, subía hasta hacer un gran estruendo en mis piernas, burbujas en mis estómagos (léase NO gases), unas vibraciones en mi pecho, y por último… un susto los primeros 2 segundos en mi voz, y eso me pasaba haciendo radio, pero también cuando me toca hablarte… para decirte todo lo que produces en mí.
Es un fastidio acordarme de ti, porque recuerdo también todo lo que haces a diario para que yo simplemente no quiera recordarte, darte mi atención es a veces un insulto a mi misma, pero me declaro incoherente, imprudente, intransigente, y hasta inteligente… porque este problema que tengo de pensarte a diario, ya lo resolví, ya acepté que no puedo vivir sin ti.
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